La inspección de equipos eléctricos en zonas ATEX forma parte de las condiciones de garantía de seguridad de los usuarios de las instalaciones y equipos de trabajo, junto con un correcto montaje, mantenimiento y  reparación. Dicha inspección de equipos eléctricos en zonas ATEX se tiene que realizar periódicamente, tanto en las instalaciones como en los equipos de trabajo.

La Ley de Prevención de Riesgos Laborales hace referencia a las comprobaciones que hay que hacer sobre los equipos de trabajo, entendiendo como tal cualquier máquina, aparato, instrumento o instalación utilizado en el trabajo. También hace referencia  a los requisitos y condiciones de las comprobaciones de los equipos de trabajo se ajustarán a lo dispuesto en la normativa específica que les sea de aplicación.  Además, existen otras normas que hacen referencia tanto al contenido de la inspección periódica como a la periodicidad de estas.

Tipos de inspección de equipos eléctricos en zonas ATEX

La normativa vigente define la inspección como la acción que comprende una revisión cuidadosa de un elemento de la instalación llevada a cabo sin desmantelamiento o con desmantelamientos parciales cuando se requiera, complementada con medios, como mediciones, con el objeto de llegar a una conclusión fiable sobre la condición de un elemento.

Teniendo esto en cuenta, los tipos de inspección que podemos llevar a cabo pueden ser de varios tipos.

En primer lugar, está la inspección de equipos eléctricos en zonas ATEX visual. Este  tipo de inspección que identifica los defectos que son evidentes a la vista sin el uso de equipamiento de acceso o herramientas.

Otro tipo de inspección un poco más profunda es la inspección cercana. Este tipo de inspección identifica los defectos que son evidentes solamente con el uso de equipamiento de acceso.  Abarca, además, los aspectos que pueden ser detectados mediante una inspección visual

El siguiente tipo de inspección, mucho más profunda, es la inspección detallada. Este tipo de inspección abarca los aspectos cubiertos mediante una inspección cercana y, además, identifica aquellos defectos que sólo se hacen evidentes con la apertura de envolventes y/o con el uso, cuando sea necesario, de herramientas y equipos ensayo.

Por último, hay que destacar la supervisión continua. Este tipo de inspección se refiere a la atención, verificación, servicio, cuidado y mantenimiento frecuentes de la instalación eléctrica por personal  cualificado que tiene experiencia en esta instalación en particular y de su entorno. El objetivo es mantener en un estado satisfactorio las características de protección contra explosiones de la instalación.

Dependiendo del tipo de inspección, tal y como dicta la normativa, hay que analizar una serie de “ítems” que  implicarán la apertura de envolventes. También hay que tener en cuenta que, en función del momento de la inspección, la normativa establece cuál es el tipo que procede, de modo  que se llevará a cabo una inspección detallada en el momento de hacer un ajuste, mantenimiento, reparación, reconstrucción, modificación o sustitución. Las  inspecciones iniciales  serán de tipo detallado.

El formato de supervisión continua incluye la inspección visual o cercana, además de una inspección inicial e inspecciones periódicas por muestreo, que pueden ser detalladas, cercanas o visuales.

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